Recordando
cuando fuimos
a parar en
el camino.
Nos
demoramos en saborear
todo lo que
quisimos,
pero algo
hizo que se rompiera
la cuerda
que nos había unido.
Qué bonito
fue.
Para mí
lo más
intenso que viví.
No te voy a
negar
toda esa
felicidad,
tan grande,
que al suceder
no me la
llegué a creer.
Tampoco te
niego
lo que sentí
al verte
partir:
un dolor
ciego
en el fondo
de mi pecho.
He de
confesar
que me ha
costado
volver a
caminar,
pero digo
con orgullo
que ya no
hay nada tuyo,
todo aquello
ya es pasado,
ya no duele,
ya no hiere.
Sigo
pensando que fue bonito,
de las
mejores historias
que he
vivido,
pero puedo
recordarlo
sin dar un
paso en falso,
sin caer en
el derribo
que hasta
hace poco ha sido.
No sé qué va
a pasar
entre yo y
yo,
entre tú y
tú,
entre tú y
yo
o yo y tú.
Pero gracias.
Por aquel
episodio,
por haber
existido en mi vida,
por haber
sido una salida,
una escapada
al mismo cielo
y por
haberme puesto
los pies en
el suelo.
--Daniela--
No hay comentarios:
Publicar un comentario