El gato que
busca
la madeja de
lana,
así estoy yo
cuando no sé
nada.
Hundo mis
manos
en papel que
late,
últimamente,
es lo único
que me vale.
Vivo, me
hincho.
Escribo, me
desinflo.
Mi interior
se hace pequeño,
ya no me
caben más cuentos.
El sapo
resultó ser rana
envuelta
entre capas de pana.
Sigo
soñando,
quiero ser
nube
para que al
llover,
mi esencia
te nuble.
Esto es algo
que sube,
llega hasta el cielo
y no se
hunde.
Quiero ser
aire,
como el que
roza mi cara
en un día de
calor,
fresco, nuevo,
esperanzador.
Me hace
recordar
que el
invierno
no tardará
en llegar.
Ahora
escribo sin motivo,
para huir de
todo en un suspiro.
Respiro.
Respiro. Respiro.
Profundo, y me río.
--Daniela--
No hay comentarios:
Publicar un comentario